Asociación para la Solidaridad

Érase una vez: la crónica desde dentro

Miguel Pérez Martín, Sevilla

Dieron las nueve en el reloj y comenzó la magia. Llevábamos tres semanas esperando ese momento, intentando combinar nuestros quehaceres del día a día con los ensayos del concierto solidario de AS -cuyos fondos se destinan a construir un laboratorio de análisis clínicos en el Congo- que se alargaban hasta más allá de las dos de la madrugada. La mayoría ya estamos curtidos en esto de los conciertos de Sevilla28. Sabemos que en los ensayos a veces hay más tensión y cansancio que alegría, pero en el fondo pensamos en ese viernes, cuando la iglesia sea nuestro escenario y el barrio, nuestro público.

Érase una vez era un reto desde el principio. Más despliegue de disfraces que nunca, canciones corales más complejas que nunca, y una treintena de jóvenes corriendo de un lado para otro para enlazar escena con escena sin que el ritmo del concierto decaiga. Cuando se hizo el silencio y escuchamos las voces de Rocío y Lora (los hermanos Grimm), supimos que ya solo nos quedaba la ilusión. Y arrancamos con ‘El ciclo de la vida’ de El Rey León para ir abriendo boca disfrazados todos de animales de la sabana africana. Y poco a poco se fue desgranando el concierto, con carreras entre bambalinas de puerta a puerta de la sacristía, disfraces que se ponen un segundo antes de salir, el público entusiasmado en una iglesia llena -puede que allí hubiera un millar de personas- y decenas de niños sentados sobre moquetas en las primeras filas.

El coro recreó el fondo del mar para La Sirenita, la ciudad de Hamelín del flautista, el castillo del Gato con botas, la casa de Los tres cerditos y muchos otros enclaves de fantasía, por los que deambulaban los protagonistas intentando salvar el mundo de los cuentos antes de que la Bestia se saliera con la suya. Para terminar en un apoteósico final con banda sonora de El príncipe de Egipto y el Bohemian Rhapsody de Queen, uno de nuestros retos más difíciles afrontados hasta el momento.

Como cierre, un tributo a Miliki, fallecido hace unas semanas, con un popurrí de las canciones de Los payasos de la tele, con temas como Había una vez un circo u Hola Don Pepito. Una noche en la que el público soñó durante dos horas con la banda sonora de su infancia, y en la que donó para AS más de 3.800 euros en una sola noche. Un récord absoluto. En nombre de Sevilla28, gracias a todos por hacer de nuevo posible el sueño de AS, y por venir a escuchar nuestra música, siempre por una buena causa.

1 comentario en “Érase una vez: la crónica desde dentro”

  1. Hola Chicos:
    Desde Vigo muchísimas felicidades. Te llenas de emoción cuando encuentras en la calle una pintada como esta:“Nuestro mundo necesita gente que AME lo que hace”. Gente que lo proclame a los cuatro vientos. Llevar de esta manera el evangelio a los más alejados y a veces a los más cercanos no tiene precio. Que nunca desfallezca en cada uno de vosotros esta alegría de amar a las personas que esta sociedad tiene en el olvido.
    ¡ADELANTE!
    Rosalía.

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