Asociación para la Solidaridad

Perú me ha posibilitado acercarme al más débil

Cuando una de mis canciones preferidas es “Id y anunciad por el mundo la buena nueva de Dios” y es acompañada por el evangelio “vosotros sois del mundo la sal….vosotros sois del mundo la luz” y que esta palabra late en mi corazón y despierta muchos sentimientos y que quieres transmitir y anunciar que Dios es Amor y que la palabra nos hace felices, pues uno no se extraña de que durante años haya sido catequista.


Cruzar el charco y dar un paso más, ser “misionera” allá, parecía un poco más complicado por todos los obstáculos que me he ido poniendo y en mi caso eran muchos (avión-vacunas-diarreas- mosquitos).
El empujón me lo dio Haití,  ver a tanta gente sufriendo me hizo reflexionar y plantearme ¿por qué no te lanzas? Y decidí irme a conocer otra realidad, otro país, a mis hermanos en la fe, dedicar mi tiempo y ponerme al servicio de Dios, romper con mis miedos que eran muchos y comprometerme con lo que llevo trabajando años.
Perú me ha posibilitado acercarme al más débil, escuchar la historia de personas que luchan y trabajan por sacar adelante sus familias.
Uno cuando llega allí es incapaz de poder absorber todo lo que allí se vive, todas las historias, porque parecen sacadas de cualquier historia de terror. Perú me invitó a la frustración, a la impotencia, al llanto, a la indefensión… Vi a muchos niños y me planteaba por las oportunidades que les brindará la vida y me desilusionaba…pasé por muchos momentos de incredulidad (esto no puede ser así),  estaba allí avergonzándome de este mundo en el que TODOS somos capaces de permitir estas situaciones.
Llegué y la suciedad, la miseria, huele mal, será porque es totalmente injusta. Y qué ¿cuentas a la gente que quieres que el 80% de las mujeres en Perú sufren maltrato, violaciones,  que has conocido a 10, que viven en unas condiciones infrahumanas pero que hay miles y miles de casos…? Dios  mío….
Me preguntáis por mi experiencia y casi no logro empezar creo que hoy soy más sensible con el otro y su realidad, es como  cuando ves a un niño pequeño indefenso y  surgen sentimientos de protección, pues allí también pasa lo mismo, porque ellos son la parte débil del sistema, están indefensos. Cuando estás allí eres capaz de comprender y entender otras realidades ajenas a las nuestras y que nosotros las vemos como lejanas. Antes era imposible imaginarme situaciones tan dramáticas, y las ves en la tele pero como que no te afectan tanto ¿no? pero al ponerles las caras, vivir con ellos, te hace que cambies la mirada hacia el otro o que mires de otra forma.
Ojalá esta experiencia me haga cambiar (ojalá), sobre todo mi capacidad para denunciar y ser más solidaria con el otro, mi hermano; pero por ahora me siento afortunada porque recargo pilas  en este proyecto asumido por mí, en el que el otro tiene un protagonismo especial.
Me siento profundamente agradecida con todas las personas que han hecho posible que siga creciendo, reflexionando, viviendo y amando. Que han hecho posible que siga convencida que estamos viviendo en un mundo totalmente injusto, donde el “pobre” no tiene oportunidades y con la convicción de que el Amor es la fuerza transformadora de todo.
Luego está todo el tema de la occidentalización como yo le digo, te vienes con la sensación de que vivimos en una sociedad irreal (Show de Truman), en la que los valores están cambiados, en donde lo importante es secundario y en donde el tener, el poseer es lo que  ¿nos hace felices? Y ahí es donde entra tu cambio o tu resistencia al cambio. Creo que hay muchas cosas, estructuras injustas que allí hay que cambiar. Pero también estoy convencida de que aquí, en los países con mayor PIB, tenemos que cambiar muchísimas cosas, vivimos en la sociedad del tener.
La posibilidad de encontrarme con una comunidad de misioneros que viven y celebran diariamente un Dios que se hace Amor y presente en todos ha sido increíble. Seguir confiando en una Iglesia donde parte de sus miembros son pobres y felices es indescriptible. Poder rezar y celebrar diariamente que Dios nos ama, que está allí con nosotros, ha sido una de las vivencias más importantes en mi experiencia Peruana. Saber y experimentar que Dios está con los pobres, que llega a los confines de la tierra y que tiene una palabra confortable para ellos es grande. Dios es un Dios de pobres, que nos invita a vivir desde la pobreza y a ser felices. Sentir la palabra de los panes y los peces todos los días, compartir el suelo “su casa” es una bendición de Dios.
La gente en Perú, es generosa a más no poder, agradecidas…sueño con levantarme todos los días y bendecir lo que me rodea y agradecer a Dios lo que soy y tengo. Porque Perú también me ha dado la posibilidad de creer en la gente, en sus oportunidades, en sus valores, en su fe, en su disposición, en su Amor… Perú, su pueblo, te enseña tanto, que con tan poco podemos ser felices, que al final nos examinarán del AMOR, que el otro es bienvenido y acogido y que todos somos importantes…
 Y me preguntáis, y  ahora, ¿qué?  Pues seguir apostando como tanta gente  por la transformación de realidades para que sean más justas para todos y que generen desarrollo a nuestro alrededor.
Me planteo ser capaz de trabajar aquí para denunciar y sensibilizar sobre lo que he visto en otra realidad.        Bea.

2 comentarios en “Perú me ha posibilitado acercarme al más débil”

  1. Bravo Bea, magnífico testimonio. Lo cuentas con tanto realismo que no tenemos más remedio que sentirnos agradecidos a Dios por todo lo que tenemos; pero al mismo tiempo también avergonzados cuando nos preguntamos si verdaderamente somos generosos y no estamos seguros de cual es la respuesta

  2. JHONNY RAUL PONCE CARHUAMACA

    Desde que recuerde los 70 con la dictadura Militar, los 80 y los 90 con la guerra entre Sendero Luminoso y militares que al final pagamos los civiles en la cantidad de muertos y aumento de la migraciòn a las ciudades, Con pésimos governante …s que volvieron incontrolables la Inflación,despues de los 90 con Governantes que trataron de mejorar la situaciòn del paìs pero vendieron el país y negociaron con el narcotrafico. Hoy por hoy nuestro PERU puede ver un horizonte no por los governantes sino por que un pueblo que se une no hay nada ni nadie que pueda con esa fuerza. pero como dice nuestro poeta Cesar Vallejo: ¡ hay, hermanos, muchísimo que hacer! (Misionero en Santa Anita, Huachipa, San Miguel de Pallaques; El Espíritu aún vive)

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